TEJIENDO EL MUNDO
Centralia, el Silent Hill del mundo real.
CENTRALIA
Centralia
es un municipio en el condado de Columbia, Pennsylvania, en los Estados
Unidos. A pesar de que recientemente en 1981 había más de 1.000
habitantes, la población disminuyó a 12 como resultado de una vieja mina
en llamas, que arde debajo de la ciudad.
El
pueblo fue registrado en 1866, pero ya existía desde 1841; el poblado
fue cuna de activistas de la organización secreta de mineros llamada
Molly Maguires, durante el período entre 1860 y 1870. El fundador de la
ciudad, Alexander Rea, fue una de las víctimas de esta orden
clandestina, cuando fue asesinado en las afueras del municipio el 17 de
Octubre de 1868. Otros asesinatos e incendios ocurrieron en aquel
tiempo.
En
el año 1962, un incendio aparentemente inofensivo en un basurero de
Centralia (Pensilvania) se extendió repentinamente por el subsuelo y
encendió una veta de carbón situada bajo la ciudad. Las llamas de la
superficie fueron extinguidas por los bomberos, pero el carbón siguió
ardiendo bajo las casas hasta convertirse en un monstruo incontrolable
que obligó a desalojar la ciudad.
Hoy
día, Centralia es un lugar abandonado y fantasmal. La mina subterránea
sigue ardiendo y se calcula que contiene carbón para hacerlo durante 250
años más.
El aspecto actual de Centralia es lo más parecido a una película de terror. De hecho, el lugar sirvió de inspiración para la película “Silent Hill”. Aquí y allá, el monstruo ha levantado las calles o partido en dos las carreteras; pequeñas columnas de humo delatan los lugares por los que trata de respirar.
El aspecto actual de Centralia es lo más parecido a una película de terror. De hecho, el lugar sirvió de inspiración para la película “Silent Hill”. Aquí y allá, el monstruo ha levantado las calles o partido en dos las carreteras; pequeñas columnas de humo delatan los lugares por los que trata de respirar.
La carretera estatal 61, que fue cerrada a mediados de los 90, es un lugar auténticamente espectral. Un enorme
cartel
nos advierte del peligro poco antes de llegar: “Incendio en mina
subterránea. Adentrarse en este área puede ocasionar graves daños o la
muerte. Gases peligrosos. Peligro de hundimiento”. La fuerza del
incendio ha rajado la carretera en dos; una gigantesca grieta que cruza
de un lado a otro como si la tierra acabara de estallar.
Actualmente
se calcula que la veta de carbón bajo Centralia tiene unos 10
kilómetros de extensión y arde a unos 1.000 metros de profundidad. Las
autoridades se dieron cuenta de su existencia a mediados de los 70. Los
bomberos abrieron varios agujeros en la tierra para comprobar las
evoluciones del incendio y lo consideraban controlado hasta que el
propietario de una gasolinera local introdujo una vara para medir los
tanques subterráneos y descubrió que estaban a 80º C.
Poco
tiempo después, un niño de 12 años fue rescatado tras caer en un pozo
de más de 40 metros que se abrió bajo sus pies. A la vista de los
acontecimientos, las autoridades se pusieron en marcha y en 1984
evacuaron la ciudad. Unas cuantas familias optaron por quedarse hasta
que en 1992 fueron expulsadas definitivamente.
Hoy
día, lo poco que queda del pueblo ha sido devorado por la vegetación.
De vez en cuando algún grupo de despreocupados turistas se aventura en
las inmediaciones de la mina y se fotografía junto a las humeantes
chimeneas. Ignoran que, en cualquier momento, el monstruo puede
despertar.
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