ESTRELLAS COMEDORAS DE TIERRA
Estrellas de tipo Solar engullen planetas similares a la Tierra
Las estrellas como el Sol no sólo
proporcionan calor a sus planetas, también, según unos estudios
recientes, son “comedoras de tierra”. Además, durante su desarrollo suelen ingerir grandes cantidades de material rocoso, a partir del cual se forman los planetas.
Ahora,
los científicos están buscando un poco más de cerca a estas estrellas
de tipo solar, para aprender más acerca de su composición química y de
los efectos que esto podría tener sobre sus planetas cercanos.
Las estrellas están compuestas
fundamentalmente por hidrógeno y helio, en un 98%. Todos los otros
elementos constituyen tan sólo el 2% de su masa. Estos otros elementos,
que son más pesados que los dos gases principales, se llaman metales.
Los astrónomos han acuñado el término “metalicidad” para
referirse a la relación de la abundancia relativa de hierro a hidrógeno
de la estrella. Durante años, los científicos han tratado de vincular
la metalicidad de una estrella con su probabilidad de la formación de
planetas.
Con el fin de averiguar
si de hecho la metalicidad podría afectar la formación de planetas, los
investigadores analizaron la abundancia de metales (elementos más
pesados que el hidrógeno y el helio) de 15 estrellas relativas a la del
Sol. Y luego, examinaron el sistema binario de estrellas, llamadas HD
20781 y HD 20782, que alberga planetas, usando espectroscopia. Este
método consiste en descomponer la luz procedente de la estrella en sus
diferentes longitudes de onda. Los elementos químicos que componen la
estrella dejan su firma en este espectro, y analizándolo podemos
determinar exactamente la composición química de la estrella.
Keivan Stassun, uno de los
investigadores, anunció en un comunicado de prensa: “Trey (uno de sus
compañeros) ha demostrado que se puede modelar la firma química de una
estrella en detalle, elemento por elemento. Así podemos determinar la forma
en que la firma química de la estrella cambia cuando ingiere planetas
similares a la Tierra. Después de obtener un espectro de alta resolución
para una estrella dada, podemos detectar en detalle la firma de cada
elemento químico que la compone”.
Los investigadores estudiaron dos
estrellas enanas de clase G, similar al Sol. Una de las estrellas tiene
dos planetas del tamaño de Neptuno, mientras que la otra posee un único
planeta del tamaño de Júpiter. Después de analizar el espectro de las
dos estrellas, los investigadores encontraron que cuanto mayor es la
temperatura de fusión de un elemento, mayor es su abundancia. Además,
también encontraron que las dos estrellas tienen diferentes
composiciones químicas. La estrella con el planeta del tamaño de Júpiter
parece haberse tragado un extra de 10 masas terrestres en comparación
con nuestro Sol, mientras que la de los planetas del tamaño de Neptuno
engulló una masa adicional de 20 planetas terrestres. Esto nos sirve
para determinar la ingestión de planetas tipo
Tierra de una estrella. Estos hallazgos realmente apoyan que la
composición química de una estrella y la naturaleza de su sistema
planetario están vinculados.
Trey Mack, un estudiante de astronomía
de la Universidad de Vanderbilt, dijo: “Imaginad que la estrella
originalmente formó planetas rocosos como la Tierra. Y además, imaginad
que también formó planetas gigantes gaseosos como Júpiter. Los planetas
rocosos se forman en la región interna del sistema planetario, cerca de
la estrella, donde hace calor. Por el contrario, los gigantes gaseosos
se forman en la parte
exterior del sistema planetario, donde hace frío. Sin embargo, una vez
que los gigantes gaseosos están completamente formados, empiezan a
migrar hacia el interior y, cuando lo hacen, su gravedad comienza a dar
tirones y empujones a los planetas rocosos internos. Con la cantidad
correcta de tirón y empujón, un gigante gaseoso puede fácilmente desviar
un planeta rocoso de su órbita y enviarlo hacia su estrella. Si
suficientes planetas rocosos caen en la estrella, le proporcionan una
firma química particular que nosotros podemos detectar”.
Fuente: Science World report
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