TEORÍA DE LA PARÁLISIS CEREBRAL
Hola amigos ¿Qué tal? Espero que bien.
Hoy os quería mostrar este estudio que hice sobre un punto de vista diferente de la parálisis cerebral, espero que os guste.
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Siempre se ha estudiado la parálisis cerebral desde un único punto de vista, el cual se caracteriza por la dificultad de transmitir los mensajes enviados por el cerebro a los músculos, es decir, el daño cerebral. Pero ¿Y si no fuera así? Con esto, no quiero decir que este mal o que todo lo anterior no sirva, solo quiero mostrar otro punto de vista. ¿Y si fuera un exceso de actividad neuronal que el cerebro no pudiera asumir? Quiero decir también, que esto que os propongo en este estudio es meramente teórico...
El entrelazamiento cuántico es un principio de la mecánica cuántica que establece que cuando dos partículas interactúan, se entrelazan a través de fotones (partículas de luz) esto implica que ambas partículas se relacionan compartiendo información entre ellas sin importar a que distancia estén la una de la otra. Al modificar una de ellas, la otra cambia proporcionalmente de forma instantánea, la información ha viajado de manera instantánea a la velocidad de la luz, esto significa que aunque las dos partículas estén a doce metros de distancia continúan comportándose como una sola.
Sin embargo, en el cerebro hay unas neuronas llamadas neuronas de proyección que pueden conectar de la misma manera. Si bien es verdad, que estas no utilizan electrones para transmitir el potencial de acción (la señal eléctrica) sino iónes de potasio y sodio, pero los iónes libres de plasma se pueden comportar como electrones, es decir, partículas de luz.
Entonces, se podría pensar que el entrelazamiento cuántico también se da en el cerebro. Así, cada neurona se conecta con una media de otras mil formando millones de circuitos lineales, que se entrecruzan en redes complejas de número desconocido. Otorgándole así, la capacidad de la plasticidad que establece que el cerebro no permanece inmutable a lo largo de la vida de una persona, sino que está en continua transformación y aunque el cerebro puede ser un macro ordenador cuántico diferente en cada individuo, hay otro principio de mecánica cuántica que es la superposición cuántica, que nos dice que los átomos de la materia que está en todas las cosas, pueden estar en múltiples estados a la vez y esto también sucede en la mente.
A su vez, las neuronas solo pueden transmitir una señal a la vez limitando su actividad neuronal para que no se saturen y que puedan responder después de una nueva señal, a causa del neurotransmisor calmante: Gamma -amino butirico (los neurotransmisores son una sustancia química encargada de transmitir las señales de una neurona a otra, saltándose el espacio que hay entre ellas que es la sinapsis) sin ellos, los procesos mentales no tendrían lugar. Una de las funciones que tiene este neurotransmisor es reducir dicha actividad.
Pues bien, el potencial de reposo de la neurona es de -70 MV (mili voltios), cuando la membrana se despolariza, este valor se hace menos negativo. Cuando se alcanzan los -60 MV, los canales iónicos cercanos (los canales iónicos, son las proteínas que se activan y convierten de nuevo la señal química en eléctrica) se abren, lo que causa la despolarización de otro segmento de la membrana, lo cual a su vez abre los canales iónicos cercanos y así sucesivamente (y este es básicamente el funcionamiento del cerebro de una persona).
También, Alan hodgkin y Andrew Huxley (los que describieron por primera vez la composición iónizada del potencial de acción). Confirmaron que durante la despolarización se produce una entrada de sodio en la célula. A continuación, tiene lugar un flujo inverso de iónes de potasio, que salen del interior de la neurona hacía el exterior y restauran el potencial negativo repolarizando la misma. Es decir, devolviéndola a su estado de reposo.
Pero supongamos que… La membrana no se repolarizará y que a causa de esto el neurotransmisor calmante también llamado gaba (por sus siglas en inglés) no hiciera su función, el exceso de actividad en el cerebro sería tan o más caótica que el supuesto daño cerebral y esto sería la parálisis cerebral.
Un buen símil para lo que estoy contando es un ordenador. La gente cuando lo coge y este va mal, le dan muchas órdenes esperando que funcione pero no lo hace, en vez de dejar que el proceso siga su curso y que arranque por si mismo, igual que lo podría suceder en la mente de alguien que padece esta discapacidad.
Si hubiera una membrana artificial, como la que ya han creado unos investigadores de las universidades de Córdoba, la Complutense de Madrid y la alemana de Münster (un híbrido de nanopartículas de oro y moléculas orgánicas), que con la ayuda de un neurotransmisor aislado y reconstituido en esta limitará esta actividad, la membrana en cuestión volvería a su potencial de reposo y se reducirían los síntomas o incluso se eliminarían y sí el cerebro puede ser como un macro ordenador cuántico que se podría conectar por un lado y por otro no. Pero teniendo en cuenta la superposición cuántica junto con la plasticidad cerebral, la membrana artificial se llegaría a adaptar en el cerebro teóricamente.
Hoy os quería mostrar este estudio que hice sobre un punto de vista diferente de la parálisis cerebral, espero que os guste.
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La parálisis cerebral
Daño cerebral o exceso de actividad neuronal
Siempre se ha estudiado la parálisis cerebral desde un único punto de vista, el cual se caracteriza por la dificultad de transmitir los mensajes enviados por el cerebro a los músculos, es decir, el daño cerebral. Pero ¿Y si no fuera así? Con esto, no quiero decir que este mal o que todo lo anterior no sirva, solo quiero mostrar otro punto de vista. ¿Y si fuera un exceso de actividad neuronal que el cerebro no pudiera asumir? Quiero decir también, que esto que os propongo en este estudio es meramente teórico...
El entrelazamiento cuántico es un principio de la mecánica cuántica que establece que cuando dos partículas interactúan, se entrelazan a través de fotones (partículas de luz) esto implica que ambas partículas se relacionan compartiendo información entre ellas sin importar a que distancia estén la una de la otra. Al modificar una de ellas, la otra cambia proporcionalmente de forma instantánea, la información ha viajado de manera instantánea a la velocidad de la luz, esto significa que aunque las dos partículas estén a doce metros de distancia continúan comportándose como una sola.
Sin embargo, en el cerebro hay unas neuronas llamadas neuronas de proyección que pueden conectar de la misma manera. Si bien es verdad, que estas no utilizan electrones para transmitir el potencial de acción (la señal eléctrica) sino iónes de potasio y sodio, pero los iónes libres de plasma se pueden comportar como electrones, es decir, partículas de luz.
Entonces, se podría pensar que el entrelazamiento cuántico también se da en el cerebro. Así, cada neurona se conecta con una media de otras mil formando millones de circuitos lineales, que se entrecruzan en redes complejas de número desconocido. Otorgándole así, la capacidad de la plasticidad que establece que el cerebro no permanece inmutable a lo largo de la vida de una persona, sino que está en continua transformación y aunque el cerebro puede ser un macro ordenador cuántico diferente en cada individuo, hay otro principio de mecánica cuántica que es la superposición cuántica, que nos dice que los átomos de la materia que está en todas las cosas, pueden estar en múltiples estados a la vez y esto también sucede en la mente.
A su vez, las neuronas solo pueden transmitir una señal a la vez limitando su actividad neuronal para que no se saturen y que puedan responder después de una nueva señal, a causa del neurotransmisor calmante: Gamma -amino butirico (los neurotransmisores son una sustancia química encargada de transmitir las señales de una neurona a otra, saltándose el espacio que hay entre ellas que es la sinapsis) sin ellos, los procesos mentales no tendrían lugar. Una de las funciones que tiene este neurotransmisor es reducir dicha actividad.
Pues bien, el potencial de reposo de la neurona es de -70 MV (mili voltios), cuando la membrana se despolariza, este valor se hace menos negativo. Cuando se alcanzan los -60 MV, los canales iónicos cercanos (los canales iónicos, son las proteínas que se activan y convierten de nuevo la señal química en eléctrica) se abren, lo que causa la despolarización de otro segmento de la membrana, lo cual a su vez abre los canales iónicos cercanos y así sucesivamente (y este es básicamente el funcionamiento del cerebro de una persona).
También, Alan hodgkin y Andrew Huxley (los que describieron por primera vez la composición iónizada del potencial de acción). Confirmaron que durante la despolarización se produce una entrada de sodio en la célula. A continuación, tiene lugar un flujo inverso de iónes de potasio, que salen del interior de la neurona hacía el exterior y restauran el potencial negativo repolarizando la misma. Es decir, devolviéndola a su estado de reposo.
Pero supongamos que… La membrana no se repolarizará y que a causa de esto el neurotransmisor calmante también llamado gaba (por sus siglas en inglés) no hiciera su función, el exceso de actividad en el cerebro sería tan o más caótica que el supuesto daño cerebral y esto sería la parálisis cerebral.
Un buen símil para lo que estoy contando es un ordenador. La gente cuando lo coge y este va mal, le dan muchas órdenes esperando que funcione pero no lo hace, en vez de dejar que el proceso siga su curso y que arranque por si mismo, igual que lo podría suceder en la mente de alguien que padece esta discapacidad.
Si hubiera una membrana artificial, como la que ya han creado unos investigadores de las universidades de Córdoba, la Complutense de Madrid y la alemana de Münster (un híbrido de nanopartículas de oro y moléculas orgánicas), que con la ayuda de un neurotransmisor aislado y reconstituido en esta limitará esta actividad, la membrana en cuestión volvería a su potencial de reposo y se reducirían los síntomas o incluso se eliminarían y sí el cerebro puede ser como un macro ordenador cuántico que se podría conectar por un lado y por otro no. Pero teniendo en cuenta la superposición cuántica junto con la plasticidad cerebral, la membrana artificial se llegaría a adaptar en el cerebro teóricamente.
Por Álvaro Torres Velázquez
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