EL GALLEGO QUE INVENTO LA CALCULADORA
Ramón Verea el inventor de la calculadora
En el museo de la sede central de IBM, entre cientos de aparatos imprescindibles para entender la evolución de la tecnología, hay una voluminosa calculadora amarilla de 26 kilos, fabricada de hierro y acero, de nombre Verea Direct Multiplier. Fue la primera de la historia capaz de realizar cuatro operaciones aritméticas (suma, resta, división y multiplicación), manejando cifras de hasta nueve dígitos.
Cualquiera podría pensar que el creador de este artilugio debía de ser una personalidad relevante en su época, pero el gallego Ramón Verea murió en la indigencia en Buenos Aires en 1899, y su cadáver fue recogido por los servicios sociales.
Nacido en la aldea pontevedresa de Currantes, donde tuvo acceso a una biblioteca que le cambió la vida, había zarpado a Cuba en 1855, pero fue en Nueva York donde desarrolló su carrera.
En la capital del mundo escribió novelas, fundó un periódico quincenal, El Progreso, que mantuvo durante una década sin publicidad; e inventó la calculadora.
No le importaba el dinero: sólo quería demostrar que el talento español estaba a la altura de los pensadores más brillantes. Por eso la patentó, para a continuación olvidarse de ella, para siempre, sin tratar de obtener rendimiento económico alguno.
Algo de lo que sí se preocupó el suizo Otto Steiger para lanzar, basándose en los principios del gallego, la primera calculadora de la historia con éxito comercial.
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